“Uno no es de donde nace, sino de donde pace”

La Lozana Andaluza

1918-1999

Origen y otros

Talavera
de la Reina

Nací un doce de febrero de 1962 en un lugar de La Mancha, de cuyo nombre si quiero acordarme: Talavera de la Reina (Toledo). Hijo de Fermín y Mª Jesús, tercero de ocho. En consecuencia, acuariano de pro y aire como el mismísimo Alonso Quijano.

Mi padre fue empleado de banca y emprendedor. Hombre inquieto y luchador, mi primer referente.

Allí viví hasta los 18 años. Estudié en la Compañía de María y en el Colegio Santa María del Prado de los Hermanos Maristas e hice el curso de orientación universitaria (COU), en el Instituto Padre Juan de Mariana.

Durante la adolescencia, además de estudiar, trabajé en el negocio familiar (Bebidas Carbónicas Talavera) y fui el delegado local de la Federación Toledana de Baloncesto. Creé una escuela de basket que llegó a contar con más de 400 alumnos distribuidos por varios colegios de la ciudad, cantera de la Agrupación Deportiva MORO y de lo que más tarde sería el Talavera CB, club que llegó a militar en 2ª femenina.

En aquella época también creé la revista “Círculo 79” y fui colaborador de “La Voz del Tajo”, el diario “Ya”, “La Región” y la revista local “En juego”.

Madrid

Viví los siguientes 21 años en la Comunidad de Madrid. Allí estudié, hice el servicio militar y comencé a trabajar. En la época de estudiante mis barrios fueron Cuatro Caminos y la Colonia de Aviación. Con el primer trabajo me trasladé cerca de lo que llaman la Vaguada (frente al barrio del Pilar). Fue en esa etapa cuando me casé con Soledad Palomino Moreno, con la que posteriormente me trasladaría a Fuenlabrada para acabar en Moraleja de Enmedio hasta partir para Cataluña.Artículo patrocinado Encuentre algo para todos en nuestra colección de calcetines coloridos, brillantes y elegantes. Compre individualmente o en paquetes para agregar color a su sock ¡cajón!

De Cataluña a Navarra

El destino quiso que aceptara la propuesta que la empresa para la que trabajaba me hizo en ese momento, y en junio de 2001 nos trasladamos a Granollers donde vivimos algo menos de un curso escolar y conocí al que más tarde sería mi socio y primer referente en el mundo del emprendimiento, Xavi Tamayo. De allí nos fuimos a Sant Celoni junto al Montseny, lugar en el que pasaríamos dos años y desde el que migraríamos a Navarra, primero Pamplona y después Olite, pueblo con título de ciudad en el que residimos desde hace 18 años. Hay un refrán que dice que “no se es de donde se nace, sino de donde se pace”. Si esto es así podría decirse que soy un poco castellano manchego, madrileño y navarro con un barniz de catalán. Sin duda, las vivencias imprimen carácter.

Cine

Ha jugado un papel muy importante tanto en mi educación como en la educación de los míos (familia) y en la empresa.

Dicen que el cine es lo más parecido hoy a escuchar una historia alrededor del fuego en la noche. La luz de las llamas y la voz del narrador han sido sustituidas por la luz de la pantalla. Las imágenes de los actores con voz propia se han convertido en los nuevos narradores de nuestro tiempo. Tanto Jack Ma como Jeff Bezos se declaran consumados lectores que hacen además leer a sus equipos de dirección, algo en lo que sin querer, he caído también yo.

Lectura

En los libros he encontrado la mayor fuente de inspiración. Ellos son también mi refugio. No hay nada más placentero para mí que un día frío de invierno sentado frente al fuego con mi lectura favorita del momento.

Estoy convencido de que mi afición a la lectura viene de la etapa como bibliotecario en ESIC. Las muchas horas que pasé colocando libros, el tenerlos en mis manos, hojearlos, poder olerlos… Me gusta el olor de la tinta y el papel. No tengo un género favorito, si bien reconozco que los de novela histórica tienen para mí un atractivo especial.

Senderismo

Más allá de lo realizado en el deporte escolar y de la actividad como promotor de distintos clubes y organizador de eventos, en los que subyacía el espíritu emprendedor, nunca he practicado nada que no fuera caminar y cuya culminación ha sido hacer del Camino de Santiago. Mezclar el ejercicio aeróbico sencillo con la meditación o una buena conversación, son una de mis preferencias, acrecentada con el paso de los años. Si se mezcla con el viajar, nos encontramos ante lo que yo llamo “senderismo urbano”, una excelente oportunidad para “patear” ciudades de cualquier parte del mundo. Une pasiones y contradice a aquellos que piensan que sólo es posible pasear por parajes naturales. Los mayores de 65 años son uno de los grupos que más practica este nuevo deporte, pero no el único. Perderse por Barcelona, Santander, Sevilla… recorrerlas a pie, disfrutar del Monte Saint-Michel, de un paseo por Chieri, cruzar los Alpes, pasar una tarde en Lyon, Burdeos, Hallstat, Celle o Bérgamo. Dar un paseo alrededor del West Lake o descubrir rincones como Český Krumlov son otra manera de hacer ejercicio disfrutando con los cinco sentidos.
  Todos estos lugares ahondan en las ganas de vivir y seguir aprendiendo. Te recuerdan lo pequeños que somos, todo lo que nos queda por aprender y lo bello que es el mundo. Todos estos lugares fomentan lo que yo llamo el espíritu de Marco Polo. Viajar y andar te enseñan, suman, relajan e inspiran.
Todos estos lugares ahondan en las ganas de vivir y seguir aprendiendo. Te recuerdan lo pequeños que somos, todo lo que nos queda por aprender y lo bello que es el mundo. Todos estos lugares fomentan lo que yo llamo el espíritu de Marco Polo. Viajar y andar te enseñan, suman, relajan e inspiran.