La importancia de buscar el bien de los demás
Lo más importante a tener en cuenta a la hora de emprender es saber si aquello que amas y en lo que eres bueno, es de utilidad para otros y estos están dispuestos a pagar por ello.
Cuenta José Antonio Cuevas en la Tribuna del Tiempo una anécdota atribuida a Xi Jinpeng, presidente de la república de China, niño otrora codicioso al que su padre quiso dar una lección de vida. Un día cocinó dos tazones de fideos y los puso encima de la mesa. Un plato tenía un huevo encima y el otro no. Entonces rompiendo su silencio le dijo: “Hijo mío, tu eliges. ¿Qué tazón quieres?”. Los huevos eran difíciles de encontrar por aquellos tiempos. Xi eligió el que sí tenía y se sintió orgulloso de su sabia elección.
Cuando empezaron a comer, se dio cuenta de que en el de su padre aparecían dos huevos al fondo. Entonces se sintió frustrado y engañado por su erróneo criterio. Miró a su padre y este con una sonrisa le dijo: “Hijo mío, debes recordar que lo que ven tus ojos puede no ser cierto. Si quieres aprovecharte de las personas, perderás”.
Al día siguiente su padre cocinó de nuevo dos tazones de fideos. Xi eligió esta vez el que no tenía ningún huevo a la vista. Como en la anterior se sentía orgulloso de su buena decisión. Fue comiendo poco a poco saboreando cada cucharada hasta descubrir que no contenía huevo alguno. Con la sorpresa en el rostro miró a su padre y este le espetó: “Hijo mío no siempre debes confiar en la experiencia, porque a veces la vida puede hacer trucos contigo, pero no debes preocuparte ni entristecerte. Para ti debe ser solo una lección que no se aprende en los libros de texto”.
El tercer día su padre repitió la operación, cocinó dos tazones he hizo la misma pregunta: “Hijo mío, que tazón quieres.? El joven Xi, alzó la mirada y respondió: “Papá elije tu primero. Tú eres el jefe de la familia y contribuyes más”. Su padre cogió el que tenía el huevo encima. El joven Xi se conformó con el otro. Esta vez no se sentía contento … No hasta descubrir que en el fondo se escondían los dos preciados huevos. Como en las anteriores, esta vez entusiasmado levantó la cabeza y su padre le sonrió con amor a la vez que le decía: “Hijo mío, debes recordar que cuando piensas en el bien de los demás las cosas buenas acaban llegando”.
Xi Jinpeng dice que siempre vivió y trabajó con acuerdo a eso y que esa forma de ser le llevó hasta donde hoy está. De nada servirá pretender que tu pasión (lo que amas + lo que eres bueno) pueda funcionar si no se necesita y no hay nadie dispuesto a pagar por ello.
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