Del engaño de Ícaro y del emprendimiento en la madurez de la vida

Corría la primavera del año 2019. Alguien cercano decidió organizar una comida con personas que no nos veíamos desde hace casi cuarenta años. Acudí ilusionado. Iba a encontrarme con muchos de los héroes de mi infancia. La sorpresa fue demoledora. Habíamos envejecido y lo habíamos hecho de una manera singular. Me encontré con una montaña de sueños rotos, humor cáustico y evasivo. Conformismo y determinismo. Me sentí mal. Creo que a los 50/60 todavía hay muchas cosas por hacer. Suele decirse que «hasta el rabo todo es toro». Fue entonces cuando decidí dar impulso a mi sueño y escribir mi primer libro. Si bien es verdad que contiene no pocos defectos, las personas que lo han leído suelen decir que se han encontrado con cosas peores.

A todos los presentes en esa reunión nos engañaron como a Ícaro. Nos dijeron que «no voláramos tan alto». Que dedicáramos la vida a buscar un buen empleo, que nos casáramos y tuviéramos hijos, disfrutáramos de unas merecidas vacaciones pagadas, nos hiciéramos con una hipoteca y dispusiéramos de una visa oro. Nos enseñaron que Ícaro murió víctima de su orgullo desmedido. Debemos obedecer ciegamente -nos decían-. No te creas mejor de lo que eres. Lo que no nos contaron del mito es que Dédalo, además de decir a su hijo que no volara tan alto, también le dijo que no volara demasiado bajo, cerca de las olas del mar, porque el agua podría echar a perder la fuerza propulsora de sus alas. La sociedad en la que vivimos tiende a olvidar esta segunda parte de la historia recordándonos constantemente los peligros de alzarse, de destacar y de romper el orden ignorando un defecto mucho más común: conformarse con demasiado poco. Este había sido el camino elegido por la mayor parte de los asistentes a la comida y así se reflejaba en sus rostros y conversaciones. Nadie nos explicó que para llegar a la luna hay que apuntar a las estrellas.

Se da la circunstancia de que los sesenta de hoy equivalen a los cuarenta de sólo hace unos años. De que por si eso no fuera poco, el sistema de pensiones hará inviable nuestra jubilación de un lado y de otro, el mejor estado de salud nos permitirá el que además de poder actuar como mentores o inversores en nuevos proyectos, podamos incluso ser los protagonistas del lanzamiento de los nuestros propios. A nivel social la convivencia entre la madurez y juventud será indispensable. La falta de nacimientos y el envejecimiento progresivo de nuestra sociedad no deja otro camino. De que hoy existe un fenómeno que recibe el nombre de “Silver Economy” o economía de las canas y que este, cobra un enorme protagonismo en los tiempos que nos ha tocado vivir. En los países con una mayor esperanza de vida se prevé que los ciudadanos mayores de 50 continúen muchos años más en el mercado de trabajo. En el 2050 alcanzarán los 2.100 millones de personas. Es hora de remangarse y ponerse a trabajar.

En un mundo en el que todos fuéramos felices no sería posible ni el progreso ni la ciencia. La inacción produce estancamiento. Son las dificultades las que nos hacen más sagaces, dejando las excusas y justificaciones fuera de toda opción. Es el inconformismo y la curiosidad lo que llevó a los grandes descubridores a conocer lo desconocido, a poner el pie en la luna. Esa misma que nos ha permitido lograr tantos avances médicos y la misma también que está ocasionando tantos destrozos en nuestro planeta. 

Las pensiones para quienes quieran llevar un digno nivel de vida dejarán de ser una opción. La inflación actual es concluyente. Solo nos queda hacer oídos sordos y mirar hacia arriba. La edad límite para emprender es una ensoñación. La experiencia y los contactos juegan en nuestro favor. Solo se requiere de un grado de inconformismo y no poco esfuerzo, pero poder, se puede y además se debe.

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Sobre el autor

Ángel García-Muñoz Rodrigo es Executive MBA por EADA, Licenciado en Gestión Comercial y Marketing por ESIC y Graduado en Programación de Gestión por la Universidad Pontificia de Comillas, ICADE.
Ha desarrollado su carrera profesional como directivo en diversas multinacionales y es el promotor de la primera Central de Compras y Servicios europea del sector de manejo de materiales «Ática Redex S.L.», además de «DBK Proyectos S.L.», «ACR S.L.» y «Mundi Agri Ibérica S.L.»

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